En todo proyecto, la evaluación del producto así como la del proceso -sumativa y formativa, respectivamente- es fundamental: no solo por obtener un reconocimiento externo, sino porque solo desde fuera podemos ver aquello que nosotros, de tan cerca como estamos, no vemos.
De hecho, el sistema de "evaluación por pares" es tan importante que es el utilizado en el mundo científico para la evaluación de los artículos publicados en las revistas de referencia y que son, usualmente, el resultado de años de investigación de equipos o grupos de investigadores y que, en la mayoría de los casos, si son suficientemente importantes, dan lugar a premios tan conocidos como el Nobel.
Por supuesto que, en nuestro nivel, la coevaluación o evaluación por pares creo que no va a llevar pareja una distinción como la señalada, pero creo que, por otra parte, es casi tan importante como aquella:el ser evaluado por los compañeros -sean cercanos o no- permite que podamos mejorar nuestras prácticas educativas, nuestra intervención en clase y nuestra tarea fundamental: educar.
En el transcurso del curso sobre "Flipped Classroom" que he tenido la oportunidad de realizar, ha sido un honor y un privilegio poder ser evaluado por mis compañeros de curso, a la vez que tener la oportunidad de valorar el trabajo realizado por otros. Creo que en toda actividad educativa, hoy por hoy, no podemos encerrarnos en nuestro trabajo y debemos, no solo compartirlo, sino ofrecerlo para que su valor aumente al ir añadiendo sugerencias y observaciones de otros que, como nosotros, intentan guiar a otros en el mundo del aprendizaje.
Pero estamos en un país en el que el que un compañero o compañera entre en la clase de otro con el propósito consciente y consensuado de evaluar su trabajo es más la excepción que la regla -y he de decir que hay honrosas excepciones-. Parece como si el aula fuera nuestro "feudo", nuestro "reino de taifas" en los que hacemos y deshacemos a nuestro antojo y, como extraños alquimistas del alma, transformamos a nuestros alumnos de "ignorantes" en "sabios".
La evaluación del profesorado es, en nuestro sistema educativo, una gran asignatura pendiente, pues se realiza -y lo se con profundo conocimiento de causa, pues trabajo actualmente como inspector de educación- casi únicamente al comienzo, cuando se evalúa a los funcionarios en prácticas por parte de los tutores, que de un tiempo a esta parte, deben entrar al menos en dos ocasiones al mes en las aulas de sus tutorandos y observar tanto cómo se plasma en dicha aula el trabajo teórico planteado en las programaciones como los demás aspectos que se plantean en nuestro trabajo diario. Es loable este interés, siempre que no se vea como una injerencia burocrática obligada y sin ninguna finalidad.
De hecho, sería interesante plantear la situación espejo: que el tutorado entrase en las clases del tutor para observar "in situ" lo que este hace y le recomiende. Creo que sería un planteamiento de mejora interesante.
Y he dicho de mejora: sin evaluación continua, no podemos plantear una mejora continua y nuestro trabajo como docentes no puede quedarse anquilosado, fijado para siempre en lo que aprendimos en la facultad o incluso en los años que hemos trabajado, sino que tiene que estar siempre por delante de unos alumnos que nos superan en juventud, y que muchas veces, también en actualidad, en modernidad, en uso de los nuevos medios de información, etc.
Plantear una evaluación externa por parte de evaluadores calificados -sean Equipos Directivos, sea la Inspección, sean los Departamentos Universitarios, etc.- es bastante utópico, pues no disponemos de tanta gente ni de su preparación para poder evaluar medianamente bien el sistema.
Por ello, la evaluación por pares o coevaluación se perfila como un recurso interesante para mejorar la calidad de la enseñanza y, por ello, la calidad del aprendizaje al que servimos.
Implantando Flipped Classroom
sábado, 3 de diciembre de 2016
sábado, 26 de noviembre de 2016
Una clase al revés
Implantar en un aula tradicional -profesor que explica, alumnos que atienden, evaluación tradicional sobre lo explicado... fracaso escolar asumido...- la metodología "Flipped" implica, ante todo, que en clase el alumno "traiga" asumido un contenido, unos conocimientos, que se han sacado de algún sitio.
En este caso, el profesor ha ofrecido a sus alumnos un material, sea tradicional -texto- sea más novedoso -infografías, vídeo enriquecido, páginas web, etc.- que los alumnos trabajan y conocen "fuera" del aula y que, una vez asumido, llevan interiorizado al aula para trabajar con él de otra manera: compartir impresiones, plantear interrogantes, plantearse nuevos caminos de trabajo y de búsqueda de información... en los que el docente adquiere un rol de mediador, de guía, de "coach", si se quiere, acompañando al alumno en su proceso de aprendizaje y no siendo el único detentador de un conocimiento que difunde y disemina. Y aprendiendo conjuntamente con el alumno -aunque sean, necesariamente, otros aspectos del problema.
Una de las tareas que hemos hecho en el curso Flipped Clasroom que, junto a otros docentes, estoy realizando, ha sido precisamente un vídeo, que hemos tenido que "enriquecer" con preguntas, mediante algún recurso específico para ello.
En mi caso ha sido Playposit -antes EduCanon-, que me ha permitido añadir interactividad a un vídeo realizado sobre un Power Point tradicional.
He aquí el enlace a dicho vídeo subido a You Tube:
La democracia
El vídeo, desde un punto de vista técnico, presenta muchos fallos: el primero el sonido, pues la locución tiene mucho ruido de fondo, debido al uso de un micrófono inadecuado. El segundo, su duración: más de cinco minutos, lo que se hace demasiado largo en un vídeo instruccional, pues es preferible que, para centrar la atención, no pase de 3 minutos y se centre en un punto clave, siendo más operativo hacer varios vídeos para tocar un tema que uno largo que resuma todos los puntos, como este.
Pero el proceso de aprendizaje, en mi caso, tiene que pasar por el error y poder, desde este, superarlo, pues si no nos equivocamos, será difícil aprender nuevos caminos.
Lección aprendida, en este caso, pues mis próximos vídeos instruccionales serán más cortos, más focalizados y tendrán mejor sonido.
Y espero poder compartirlos con todos.
En este caso, el profesor ha ofrecido a sus alumnos un material, sea tradicional -texto- sea más novedoso -infografías, vídeo enriquecido, páginas web, etc.- que los alumnos trabajan y conocen "fuera" del aula y que, una vez asumido, llevan interiorizado al aula para trabajar con él de otra manera: compartir impresiones, plantear interrogantes, plantearse nuevos caminos de trabajo y de búsqueda de información... en los que el docente adquiere un rol de mediador, de guía, de "coach", si se quiere, acompañando al alumno en su proceso de aprendizaje y no siendo el único detentador de un conocimiento que difunde y disemina. Y aprendiendo conjuntamente con el alumno -aunque sean, necesariamente, otros aspectos del problema.
Una de las tareas que hemos hecho en el curso Flipped Clasroom que, junto a otros docentes, estoy realizando, ha sido precisamente un vídeo, que hemos tenido que "enriquecer" con preguntas, mediante algún recurso específico para ello.
En mi caso ha sido Playposit -antes EduCanon-, que me ha permitido añadir interactividad a un vídeo realizado sobre un Power Point tradicional.
He aquí el enlace a dicho vídeo subido a You Tube:
La democracia
El vídeo, desde un punto de vista técnico, presenta muchos fallos: el primero el sonido, pues la locución tiene mucho ruido de fondo, debido al uso de un micrófono inadecuado. El segundo, su duración: más de cinco minutos, lo que se hace demasiado largo en un vídeo instruccional, pues es preferible que, para centrar la atención, no pase de 3 minutos y se centre en un punto clave, siendo más operativo hacer varios vídeos para tocar un tema que uno largo que resuma todos los puntos, como este.
Pero el proceso de aprendizaje, en mi caso, tiene que pasar por el error y poder, desde este, superarlo, pues si no nos equivocamos, será difícil aprender nuevos caminos.
Lección aprendida, en este caso, pues mis próximos vídeos instruccionales serán más cortos, más focalizados y tendrán mejor sonido.
Y espero poder compartirlos con todos.
domingo, 30 de octubre de 2016
Trabajando por proyectos
Si darle la vuelta a la clase -Flipped classroom- puede resultar motivador para el alumno y mejorar distintos elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje, el trabajar de modo colaborativo y por proyectos puede ser un acicate para implicar al alumno en su propio aprendizaje al mismo tiempo que convertirle en un ciudadano colaborador y consciente de los otros.
Es cierto que -sobre todo en Secundaria y Bachillerato, no ya en otros niveles superiores- el docente se suele enfrentar "solo ante el peligro" a la clase, siendo infrecuente que compartamos no solo el espacio docente, sino incluso las reflexiones que nuestro trabajo nos hace plantearnos.
El poder compartir proyectos, ideas, reflexiones, problemas... con otros docentes, tanto colegas de nivel y asignatura como de otros niveles y áreas o temáticas puede enriquecer nuestro trabajo, además de encontrar que no solo no estamos tan solos, sino que aquellos problemas que creíamos solo teníamos nosotros, ocurren con más frecuencia de lo que parece y que pueden tener soluciones en las que no habíamos caído por nuestro afán por ensimismarnos y aislarnos de los demás.
Es muy cierto que, hoy por hoy, con el ritmo frenético de las clases, con los horarios más que llenos, rebosantes de tareas, con las exigencias burocráticas cada vez más acuciantes, no hallamos un hueco para compartir nuestros afanes y nos vamos a casa, ya no solo cansados físicamente, sino con el ánimo poco dispuesto a reflexionar y menos en común, sobre nuestros problemas docentes.
Quizá foros y redes puedan ayudarnos a remediar esta situación, pues muchos docentes ya los usamos y encontramos, no solo apoyo y ánimo, sino a veces ideas y soluciones que no se nos habían ocurrido, pero que nos pueden permitir enfrentarnos al día a día de la docencia sin caer ni en el aburrimiento ni en un trabajo rutinario y adocenador.
Es cierto que -sobre todo en Secundaria y Bachillerato, no ya en otros niveles superiores- el docente se suele enfrentar "solo ante el peligro" a la clase, siendo infrecuente que compartamos no solo el espacio docente, sino incluso las reflexiones que nuestro trabajo nos hace plantearnos.
El poder compartir proyectos, ideas, reflexiones, problemas... con otros docentes, tanto colegas de nivel y asignatura como de otros niveles y áreas o temáticas puede enriquecer nuestro trabajo, además de encontrar que no solo no estamos tan solos, sino que aquellos problemas que creíamos solo teníamos nosotros, ocurren con más frecuencia de lo que parece y que pueden tener soluciones en las que no habíamos caído por nuestro afán por ensimismarnos y aislarnos de los demás.
Es muy cierto que, hoy por hoy, con el ritmo frenético de las clases, con los horarios más que llenos, rebosantes de tareas, con las exigencias burocráticas cada vez más acuciantes, no hallamos un hueco para compartir nuestros afanes y nos vamos a casa, ya no solo cansados físicamente, sino con el ánimo poco dispuesto a reflexionar y menos en común, sobre nuestros problemas docentes.
Quizá foros y redes puedan ayudarnos a remediar esta situación, pues muchos docentes ya los usamos y encontramos, no solo apoyo y ánimo, sino a veces ideas y soluciones que no se nos habían ocurrido, pero que nos pueden permitir enfrentarnos al día a día de la docencia sin caer ni en el aburrimiento ni en un trabajo rutinario y adocenador.
sábado, 22 de octubre de 2016
Implantando la clase al revés
Comienzo un diario sobre el curso de Flipped Classroom que estoy realizando con el CRIF Las Acacias.
Y para comenzar, un podcast con las ventajas que puede suponer esta metodología
Podcast
La reflexión que debemos hacer hoy sobre la escuela es si realmente la nuestra está en el siglo XXI. Me temo que, en gran medida, nuestra escuela tenga alumnos del siglo XXI que trabajan con métodos y contenidos del siglo XX y con profesores cuya mentalidad es más propia del siglo XVIII, del siglo de las luces o de la Ilustración, que la de nuestro siglo.
Y explico esta última apreciación.
No es que los profesores sean antiguos o estén anticuados, sino que, incluso utilizando las más vanguardistas metodologías y los últimos avances de la tecnología, sus principios profundos están aún anclados en esa "Modernidad" ilustrada.
Y esto no está nada mal ni es, en principio, nada negativo, pues muchos de esos principios debemos mantenerlos con fuerza ya que son el fundamento moral de las sociedades modernas.
El problema está en uno de ellos: el propio de la Iluminación del conocimiento y su difusión "desde arriba" hacia los alumnos y no asumir que, en el siglo en que vivimos, en la sociedad en que vivimos, la "sociedad red" como la llama Castells, ya no alcanzamos el conocimiento arduamente mediante el estudio y luego tenemos, los maestros, la obligación de difundirlo, sino que, en una sociedad intercomunicada, los conocimientos están ahí, en esa "red" que formamos los humanos y que ya no se trata de difundirlos, sino de compartirlos, de ponerlos al alcance y ponernos al alcance para intercomunicar y posibilitar ese conocimiento profundo y complejo que produce el verdadero aprendizaje.
Por eso, quizá, el "darle la vuelta a la clase", la "Flipped Classroom", pueda resituarnos ya no en el centro, sino en la periferia, ya no como líderes, sino como mediadores de un proceso, el del aprendizaje, en el que también somos aprendices.
Y para comenzar, un podcast con las ventajas que puede suponer esta metodología
Podcast
La reflexión que debemos hacer hoy sobre la escuela es si realmente la nuestra está en el siglo XXI. Me temo que, en gran medida, nuestra escuela tenga alumnos del siglo XXI que trabajan con métodos y contenidos del siglo XX y con profesores cuya mentalidad es más propia del siglo XVIII, del siglo de las luces o de la Ilustración, que la de nuestro siglo.
Y explico esta última apreciación.
No es que los profesores sean antiguos o estén anticuados, sino que, incluso utilizando las más vanguardistas metodologías y los últimos avances de la tecnología, sus principios profundos están aún anclados en esa "Modernidad" ilustrada.
Y esto no está nada mal ni es, en principio, nada negativo, pues muchos de esos principios debemos mantenerlos con fuerza ya que son el fundamento moral de las sociedades modernas.
El problema está en uno de ellos: el propio de la Iluminación del conocimiento y su difusión "desde arriba" hacia los alumnos y no asumir que, en el siglo en que vivimos, en la sociedad en que vivimos, la "sociedad red" como la llama Castells, ya no alcanzamos el conocimiento arduamente mediante el estudio y luego tenemos, los maestros, la obligación de difundirlo, sino que, en una sociedad intercomunicada, los conocimientos están ahí, en esa "red" que formamos los humanos y que ya no se trata de difundirlos, sino de compartirlos, de ponerlos al alcance y ponernos al alcance para intercomunicar y posibilitar ese conocimiento profundo y complejo que produce el verdadero aprendizaje.
Por eso, quizá, el "darle la vuelta a la clase", la "Flipped Classroom", pueda resituarnos ya no en el centro, sino en la periferia, ya no como líderes, sino como mediadores de un proceso, el del aprendizaje, en el que también somos aprendices.
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